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Una obra de teatro no debe ser sólo denuncia...

DIARIO EL MONTAÑÉZ - 23 de abril 2006
hielo y fuego

« Una obra de teatro no debe ser sólo denuncia, sino arte, belleza, magia... »

La actriz interpreta «un apasionante papel» en 'Hielo y fuego', un montaje basado en hechos reales que denuncia los abusos y crímenes contra la infancia

JOSÉ MARÍA GUTIÉRREZ Santander

Una tarde, Rhona, Una niña de diez años, desaparece de su casa. Su madre, Nancy Shirley, nunca pierde la esperanza de encontrarla por lo que entra en W1 estado de 'congelación' mental, de congelada esperanza. Pero su gran vitalidad ante la adversidad hace que no se quede simplemente en casa alimentando su pena: forma una organización 'El fuego de la esperanza', para familiares de personas desaparecidas y de esta manera canalizar su dolor ayudando a otras personas.

Su paralización afectiva le imposibilita cuidar de su hija mayor, y sólo con el paso del tiempo son capaces de entenderse y encontrarse. Sufre W1 profundo sentimiento de culpa debido a los sucesos del día de la desaparición de su hija: al enviar a la niña sola a la casa de la abuela y el no haberla buscado estando tan cerca el escondite de su raptor.

Por fortuna, este es el argumento de una obra de teatro, 'Hielo y fuego', que llega el próximo martes a Santander dentro de 'Las noches del Bonifaz'. Y por desgracia, está basado en W1 hecho real. Y por desgracia, refleja un mal como el abuso, explotación y crímenes contra la infancia que es mucho más común de lo que podemos pensar. La actriz que interpreta a Nancy Shirley es Magüi Mira, que ha afrontado uno de los papeles más difíciles pero más atractivos de su extensa trayectoria

Junto a ella se suben al escenario Carmen Conesa, que da vida a Agnetha, una académica que presenta una tesis titulada Asesinos en serie: ¿es posible el perdón?', y Tomás Gayo, en el papel de Ralph, un hombre solitario a la búsqueda de nuevas experiencias... Los tres personajes, unidos por las horribles circunstancias que rodean la desaparición, se embarcan en un largo y oscuro viaje que finalmente llevará aparentemente hacia la luz.

'Hielo y fuego', cuya autora es Bryony Lavery, es una obra valiente y compasiva que habla de venganza, perdón, olvido y, finalmente, redención. Todo ello presentado con mucha humanidad y un ácido sentido del humor que hace reflexionar a los espectadores. Magüi Mira, reconocida actriz valenciana que ha canalizado su trabajo al teatro, cine y televisión y que ya se subió al escenario de Bonifaz el pasado año con 'La noche de Molly Bloom', relata los detalles de una obra que considera «apasionante».

La obra habla del abuso y crímenes contra la infancia, vaya temática tan dura ¿Verdad? ¿Tuvo que pensar más de una vez aceptar el trabajo según iba conociendo el guión?

Me lo pensé mucho, más de dos y tres veces, pero tanto el valor del texto como su carácter de denuncia, me empujaron a aceptarlo. Pero por muchas razones. Una obra de teatro no debe ser sólo denuncia, sino creación, arte, no sólo porque denuncie lo vas a hacer. Aquí el texto tiene además belleza, magia, arte... En definitiva, tiene todos los ingredientes necesarios. Y luego su contenido aborda una realidad espeluznante a la que damos la espalda y se extiende de forma rápida. -¿Cree que a la sociedad le cuesta enfrentarse de cara a temas tan escabrosos como éste?

Está claro que sí, pero no sólo la pederastia, sino también el terrorismo de la carretera: siguen diciendo que son accidentes de tráfico cuando son terrorismo. Si una bomba mata a 108 personas -los fallecidos en Semana Santa- es algo tremendo, horrible, escandaloso, pero si son de carretera nos parece normal. ¡Es increíble!: nos estamos matando a nosotros mismos y no tenemos una ley suficiente que lo castigue. Y lo mismo ocurre con la pederastia, no hay suficientes medidas que lo castigue y la indefensión de la víctima es absoluta. -Interpretar a Nancy Sirirí ha debido ser un reto apasionante...

Ha sido un gran reto. Ensayar 'Hielo y fuego' me supuso una angustia tremenda, pero cuando hago ahora las funciones me proporciona emociones tremendas. Es muy placen tero porque he conseguido lo máximo para una actriz, que es comunicarme con el espectador yeso tengo que ganármelo cada día. Luego está el hecho de que es un texto lleno de contenidos pero también de belleza, que es la mejor manera de golpear el pensamiento y el corazón del espectador. Y lo increíble es que la obra está basada en un hecho real, porque la mujer que yo represento vive, está en su casa. Mi personaje es un homenaje a todos los seres humanos apaleados por la vida, pero que son capaces de seguir adelante. He tenido que asomar me a un pozo de dolor infinito. La pederastia es la anécdota de la obra, que es una experiencia sobre el dolor injusto, ese que no se puede entender.

y sin embargo, Nancy jamás pierde ni la esperanza ni la vitalidad ni incluso el sentido del humor.

Es algo que admiro profundamente del personaje: es vital, inteligente y tiene sentido común. La inteligencia no es la acumulación de datos como nos han querido vender durante mucho tiempo, sino cómo usas esos datos. Y Nancy sabe cómo manejar su vida. Luego está lo del sentido del humor, que puede parecer extraño que lo conserve, pero es que, al fin y al cabo, es un elemento más de la vida diaria.

¿ Se ha encontrado con madres con casos parecidos al de su personaje ?

Sí, sí lo he hecho, y me dicen que es una madre que no existe, porque es demasiado positiva ante la vida y me encanta que me lo digan porque esta madre sí existe, lo cual las llena de esperanza e ilusión. Ella consigue hacer el tránsito entre la muerte y la vida y las demás, ¿por qué no pueden hacerlo también?

¿ Llega a perdonar al asesino ?

No, a perdonar nunca, llega a eliminar su odio, pero a perdonar, no. Cuando le visita en la cárcel es capaz de ponerse en paz con ella misma. Y cuando se entera de que el asesino se suicida después de su visita, no sabe si ponerse triste o alegrarse, pero al final vence la alegría porque se da cuenta de que se ha suicidado porque ella fue a verle.

Con 'Hielo y fuego' regresa a Santander, una ciudad donde ha trabajado en numerosas ocasiones.

Es una fortuna volver a Santander, es una ciudad que adoro, y las ciudades no son edificios, sino la gente que le da valor. Aquí me siento muy cómoda y me tratan muy bien. -No hace mucho estuvo impartiendo un curso de interpretación a los alumnos de la Escuela de Teatro del Palacio de Festivales, ¿que la aporta esta actividad docente paralela? -Lo hago mucho menos de lo que quisiera, porque me gusta mucho. Sé poco, pero lo que sé lo puedo comunicar. Para mi es una responsabilidad, una obligación con los actores que están empezando. Hay gente que sabe mucho pero no sabe comunicar, y a mi me pasa lo contrario, me siento muy bien comunicando lo que sé.

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